martes, octubre 18, 2016

Martes 18 de octubre 2016 (Reflexión)

Bueno, bueno, sé que los he tenido muy abandonados, pero siempre se puede volver  empezar ¿No?

Les cuento, son exactamente las 5:14 p.m. del martes 18 de octubre de 2016 (¿Por qué mi necesidad de poner la fecha? No lo sé, pero quería hacerlo) vengo saliendo de ver la película, de Barbara Mori, “Treintona, Soltera y Fantástica” (Por cierto, no soy muy fan de las Rubias, pero Mori se ve bastante bien) y la verdad, no soy un experto en cine y sé que mucha gente al parecer no apuesta por el cine mexicano, pero, a mi me gustó, pero me gustó más el hecho que hizo trabajar mis emociones y a la ratita que tenemos en el cerebro (o sea, que me hizo pensar y más que nada reflexionar).

Les cuento, que a pesar de lo sentimental o cursi que he podido llegar a ser en algunos de mis textos, resulta que no he sido una buena persona en el amor y no, no porque sea un maldito y haga llorar o sea rudo y un golpeador, si no, más bien que no he corrido con suerte en ese sentido, a demás que tuve una mala experiencia con una persona y tal fue mi decepción que incluso llegue a querer adoptar la filosofía del personaje de Morí, fue tanto lo que me quebró este chico, y fue tanto lo que yo hice, que si me decepciono no haber logrado nada. Pero bueno, no vale la pena hablar del pasado y menos de alguien que en si no aporto nada a mi vida, solo decepción.

Bueno, entonces llego un momento en el que estaba tan desesperado por compartir mi vida con alguien, que no me importo incluso llegar humillarme, con tal de no quedarme solo y es que llegar a los 27 años y ver como muchos de mis compañeros de carrera ya están casados y con hijos, la verdad si me desesperaba, ahora sé que quizás solo quería estar al par con ellos, pero, ¿Es mi vida no? ¿Por qué vivirla al ritmo que me lo dicte la sociedad? ¿Hay algo de malo vivirla a mi tiempo?
Como no obtenía lo que quería, llego un día que me desperté diciendo, (como todo buen mexicano) “A la chingada, no ocupo de alguien para ser feliz, yo he demostrado que no necesito medias naranjas, ocupo una naranja completa, si no que el frutero entero y si no lo saben ver, que pena por ellos”, y si, quise optar por ser el hijo, hermano, tío, primo, nieto, guapo y solterón de la familia, mis ideas de ir al Gym y por fin que se notara el cambio y no ser ya pisoteado por nadie y si… eso también eso ameritaba una completa y estrictísima renuncia al amor.

Pero por más que pasaban los días, el día cero no llegaba, el famoso “el lunes empiezo” nomas no llegaba y no llegaba… y no llegaba y al final de cuentas… nunca llego.

Pero ¿Les ha pasado que el destino les dice “No, espera un poco, que te tengo preparado algo nuevo”?  Pues tal creo fue mi caso, cuando realmente no estás esperando nada, todo llega y solo, sin avisar, dicen que lo bueno llega, para aquel que es paciente, sabe esperar y tiene la madurez para aceptarlo y recibirlo bien, pues tal fue mi caso, que sin esperarlo, el universo, cosmos, Dios, el destino o quien sea, llego y me dijo: “Mira, te tengo a esta persona para ti”, si, llegaba a mí un muchacho completamente diferente, dulce y con muchos temores, todo empezó con un “Hola”, si, después de habernos seguido mutuamente por Instagram, tome su Snapchat y él al publicar algo, creo que si mi memoria no me falla, fue “Estoy aburrido” y yo solo le puse “Hola”, de ahí vinieron platicas diario y dejar Snapchat por WhatsApp, hasta que sin planearlo nos conocimos, aunque la plática duró dos horas, ya que es el tiempo que me dan para comer, lonchear o como lo conozcan, en el trabajo y yo tenía que volver, las platicas siguieron y siguieron hasta que llego una segunda salida, esta vez fuimos a comer juntos y platicábamos un montón de cosas, hasta que de plano, la plática se volvió más profunda, que me fue imposible frenarme al cumplirse las dos horas, si, así es, ya no regrese por mi segundo turno, me quede platicando con él y créanme que valió mucho, mucho la pena. Las platicas seguían y seguían y llego el día en que me vi en la necesidad de hacer una pregunta: “Oye, ¿Crees qué estamos desarrollando otro sentimiento más allá de la amistad?” (o más o menos así fue la pregunta).

Y ¿Saben qué?

Sí, fue ahí cuando entendí que mis ideas de “Oh si, voy a ser solterón y al diablo el amor”, no era más que mi miedo a volverme a comprometer o era una salida fácil al no ser el fracasado de la familia, de mis amigos y de todos mis compañeros de clase y ser este joven de 27 años que no se ha casado y aunque, quizás no he ido por la vida diciendo que no me gustan las mujeres, creo que he sido bastante claro con mi idea, de que mi compañero de vida, es y será un hombre, porque eso es lo que quiero, eso es lo que me gusta, así que por eso tampoco he tenido hijos y ya sé, ya sé, que mis preferencias sexuales no definen si seré o no padre, ya hay muchas formas para que yo pueda ser padre algún día, que sí, está en mis planes, pero no por el momento, pero en fin, volvamos al tema.

¿Qué paso con este muchacho?, pues si, paso de ser a solo un contacto de mi agenda del celular, a ser, quien es hoy, mi compañero de vida, MI NOVIO, mi niño, mi confidente, el que me hace reír, soñar despierto, y si, el que ya me hizo llorar de felicidad, mientras me abrazaba sobre su pecho y el que, lo más importante, fue quien me salvo de mi tonta idea de “Adiós al amor” “Viva la soltería”, el que le dio ese nuevo enfoque a las palabras “Te amo”, por quien ahora creo estoy feliz la mayor parte del tiempo, se convirtió en mis “Buenos días” y mis “Buenas noches” aunque no durmamos juntos. Se convirtió en mi “Vete con cuidado” “Me avisas al llegar a casa”, en mi “¿Desayunaste?”, en eso y mucho más.

¿Y por qué contarles esto y la película? Porque fue eso lo que me hizo sentir y reflexionar, la película habla de valentía y creo que soy valiente en aceptar, que de haber seguido el estilo de “Ines Rueda” (el personaje de Mori), no habría tenido las puertas abiertas, para que mi niño llegara e hiciera lo que hace el día de hoy, amarme y enterarme que, hasta en el amor, se puede volver a intentar.


Y bueno, yo no tengo ni treinta años, ya deje de ser soltero, pero, si, si soy fantástico, porque dejé esa idea de no enamorarme más, de ser rescatado por el hombre más extraordinario del mundo y más aún, porque tengo la fortuna de llamarlo “Novio” y de poder decirle “Te amo”.


Y sé mi amor, que vas a leer esto, por eso te dejo un “Te amo” y un “Gracias”, aunque no te guste, por amarme igual, por hacerme feliz y por amarme, como estas aprendiendo a hacerlo. TE AMO.

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