jueves, noviembre 20, 2014

Jueves

Tan solo ayer compartí la cama contigo,
Miradas, sonrisas y hasta lágrimas,
No me puedo quejar,
No debo hacerlo,
Pero simplemente me gana el sentimiento,
La confusión pasa sin llamar,
Calienta el agua para el café y lo sirve sin azúcar.

Debo dejar de ser tan idiota,
Para no entregar el corazón y emocionarme,
Con cada un “te quiero” regalados,
Hay muchas formas de querer,
Me quieres lo sé,
Pero no como quizás creía,
Y además la distancia dice no.

¿Qué me pasa?
¿Si yo estoy aquí y tú allá?
Sabía que esto no podía ser verdad
¿Por qué he vuelto a caer?
Idiota, me llama el espejo,
Tonto, me dice la razón,
Yo estoy aquí y tu allá y hoy ya con alguien más,
Yo estoy aquí sin saber qué me pasa,
¿Por qué reaccione de esta manera?
¿Por qué deje llevarme de nuevo?
¿Por qué te deje entrar en mi cama?
Y como fue que paso,
Que anoche dormí contigo,
Si tú amaneciste siendo de alguien más.

“Ni yo debo, ni tú puedes, te suspiro por última vez…” 


miércoles, noviembre 19, 2014

Una mañana de noviembre

7:52 de la mañana volví a tomar el mismo camión de siempre y ahí estaban ellos tres, el joven delgado y el señor que esta mas gordito y la mujer con su niño, ese que siempre va tan alegre, apenas habla, balbucea, pero es tan tierno verlo platicando con algún pasajero mas, aun sabiendo que no se le entiende.

Siempre que abordo el autobús, ellos ya vienen sentados, aunque el muchacho delgado esta vez me hizo reír mucho, ya que se había quedado dormido inclinando su cabeza hacia atrás y su boca abierta, no suelo burlarme de la gente, pero era demasiado gracioso como para no reír, el señor sentado como siempre hasta atrás con su lonchera, la misma de las anteriores ocasiones y del lado izquierdo, por la misma hilera del conductor y la muchacha hasta enfrente con su niño.

Tan solo una esquina de haberme subido, misteriosamente aborda el señor de canas plateadas portafolio café y el muchacho de lentes Ray Ban (se parece demasiado a un ex compañero de la preparatoria) tantas coincidencias el mismo día, pero lo siento, soy muy observador y son las mismas personas con las que ya había coincidido en el mismo autobús.

Justo al pasar por el hotel del boulevard, hacen en el mismo lugar de siempre, la parada al autobús esa pareja, ella sube primero y se dirige a escoger dos lugares de los tantos que hay y espera a que el termine de pagarle al conductor y se sienta, para que él tome el lugar de la ventana, ya que es ella quien baja primero, se sientan juntos, pero no dicen nada, no se miran, no interactúan, nada.

Llegamos a la esquina de aquel famoso restaurante de mariscos, pasando solo el semáforo hacen la parada el chico de los lentes y la mujer con su niño, el muchacho no se a donde se dirija, pero la mujer es evidente que dejara a su niño en la guardería que esta junto al restaurante.

A tanto solo unos metros la mujer de la pareja que subió en el hotel  toca el timbre para bajar en la siguiente esquina y como siempre lo hace sin despedirse de su acompañante, solo se baja, sin decir nada, ni un gracias por pagar su boleto.

 Pasamos el aeropuerto, unos bajan, otros suben y ahí siguen el señor sentado hasta atrás, el joven que dormía se despierta con un movimiento brusco del autobús y el señor de las canas plateadas no deja de mirar su reloj.

Al joven siempre lo miro y me hago la misma pregunta: “¿Cómo consigue su ropa?” ya que está extremadamente delgado. En fin, llegamos a su esquina en aquella tienda de conveniencia, se baja del autobús y con él una señora y seguimos la ruta. Después de aquella curva larga en camino descendente y empezar a ver la panorámica de la ciudad, en el tercer semáforo en una gasolinera, baja el señor de la lonchera y a tan solo unos cuantos semáforos en la misma esquina que yo, se baja el señor de las canas plateadas, pero los dos seguimos caminos diferentes.


¿Mañana se repetirá lo mismo?

martes, noviembre 18, 2014

Dormí contigo

Anoche dormí contigo,
Toque tu mano,
Te abrace, lloramos,
No paramos de sonreír,
Solos tú y yo,
Nos descubríamos,
Con el caer de la noche,
Pude mirar tus ojos,
Descubrir lo que decían,
Tomando tu mano también me decías cosas,
Una lagrima de felicidad,
Caía por tu mejilla,
Otra por la mía,
Con tus dedos entrelazados,
Una sonrisa se me escapaba,
Anoche nos burlamos de todo,
Incluso de la distancia,
Porque digan lo que digan,
Anoche junto a ti dormía.


viernes, noviembre 07, 2014

Confesión.

Hola:
Escribo sin saber si me llegues a leer,
No te conozco nada,
Pero ya haces ruido en mi cabeza,
Te he pensado mucho en estos días,
Tienes algo que me hace buscarte,
Aun sin saber cuál es el motivo,
Te miro, te observo, te leo,
No sé qué me está sucediendo,
Pero deseo un acercamiento,
Conocerte mejor,
¿Con que motivo?
Ese, ni lo sé yo,
Me desconozco por completo,
Me he vuelto tu mayor admirador,
Necesito saber más de ti,
Tengo muy poca información,
Solo sé que también sufres,
Muchas veces por amor,
Tanto como yo,
No sé si es comprenderte,
O simplemente compasión,
No sé qué me suceda,
Pero me he dado cuenta,
Que tus labios me atormentan,
Que dejas al descubierto,
La belleza de tu cuerpo,
La trasparencia de tu ser,
En tus líneas, en tus textos,
Sin caer en lo grotesco,
Sin tener que enseñar de más,
Haces que crezcan mis deseos,
De conocerte de verdad,
De empezar una amistad,
Perdona mi cobardía,
Por no llegar y decirte que eres tú,
Pero necesito saber más de ti,
Y descubrir porque desde hoy,
Me atormentas así.





Reseña: DAHMER - Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer

Pues bueno, esta vez me pidieron hacer mi reseña y para no perder la costumbre, empezamos.   Hablare en esta ocasión de: Monster: The Je...