Bueno, bueno, sé que los he tenido muy abandonados, pero
siempre se puede volver empezar ¿No?
Les cuento, son exactamente las 5:14 p.m. del martes 18
de octubre de 2016 (¿Por qué mi necesidad de poner la fecha? No lo sé, pero
quería hacerlo) vengo saliendo de ver la película, de Barbara Mori, “Treintona,
Soltera y Fantástica” (Por cierto, no soy muy fan de las Rubias, pero Mori se
ve bastante bien) y la verdad, no soy un experto en cine y sé que mucha gente
al parecer no apuesta por el cine mexicano, pero, a mi me gustó, pero me gustó
más el hecho que hizo trabajar mis emociones y a la ratita que tenemos en el
cerebro (o sea, que me hizo pensar y más que nada reflexionar).
Les cuento, que a pesar de lo sentimental o cursi que he
podido llegar a ser en algunos de mis textos, resulta que no he sido una buena
persona en el amor y no, no porque sea un maldito y haga llorar o sea rudo y un
golpeador, si no, más bien que no he corrido con suerte en ese sentido, a demás
que tuve una mala experiencia con una persona y tal fue mi decepción que
incluso llegue a querer adoptar la filosofía del personaje de Morí, fue tanto
lo que me quebró este chico, y fue tanto lo que yo hice, que si me decepciono
no haber logrado nada. Pero bueno, no vale la pena hablar del pasado y menos de
alguien que en si no aporto nada a mi vida, solo decepción.
Bueno, entonces llego un momento en el que estaba tan
desesperado por compartir mi vida con alguien, que no me importo incluso llegar
humillarme, con tal de no quedarme solo y es que llegar a los 27 años y ver
como muchos de mis compañeros de carrera ya están casados y con hijos, la
verdad si me desesperaba, ahora sé que quizás solo quería estar al par con
ellos, pero, ¿Es mi vida no? ¿Por qué vivirla al ritmo que me lo dicte la
sociedad? ¿Hay algo de malo vivirla a mi tiempo?
Como no obtenía lo que quería, llego un día que me
desperté diciendo, (como todo buen mexicano) “A la chingada, no ocupo de
alguien para ser feliz, yo he demostrado que no necesito medias naranjas, ocupo
una naranja completa, si no que el frutero entero y si no lo saben ver, que
pena por ellos”, y si, quise optar por ser el hijo, hermano, tío, primo, nieto,
guapo y solterón de la familia, mis ideas de ir al Gym y por fin que se notara
el cambio y no ser ya pisoteado por nadie y si… eso también eso ameritaba una
completa y estrictísima renuncia al amor.
Pero por más que pasaban los días, el día cero no
llegaba, el famoso “el lunes empiezo” nomas no llegaba y no llegaba… y no
llegaba y al final de cuentas… nunca llego.
Pero ¿Les ha pasado que el destino les dice “No, espera
un poco, que te tengo preparado algo nuevo”?
Pues tal creo fue mi caso, cuando realmente no estás esperando nada,
todo llega y solo, sin avisar, dicen que lo bueno llega, para aquel que es
paciente, sabe esperar y tiene la madurez para aceptarlo y recibirlo bien, pues
tal fue mi caso, que sin esperarlo, el universo, cosmos, Dios, el destino o
quien sea, llego y me dijo: “Mira, te tengo a esta persona para ti”, si,
llegaba a mí un muchacho completamente diferente, dulce y con muchos temores, todo
empezó con un “Hola”, si, después de habernos seguido mutuamente por Instagram,
tome su Snapchat y él al publicar algo, creo que si mi memoria no me falla, fue
“Estoy aburrido” y yo solo le puse “Hola”, de ahí vinieron platicas diario y
dejar Snapchat por WhatsApp, hasta que sin planearlo nos conocimos, aunque la
plática duró dos horas, ya que es el tiempo que me dan para comer, lonchear o
como lo conozcan, en el trabajo y yo tenía que volver, las platicas siguieron y
siguieron hasta que llego una segunda salida, esta vez fuimos a comer juntos y
platicábamos un montón de cosas, hasta que de plano, la plática se volvió más
profunda, que me fue imposible frenarme al cumplirse las dos horas, si, así es,
ya no regrese por mi segundo turno, me quede platicando con él y créanme que
valió mucho, mucho la pena. Las platicas seguían y seguían y llego el día en
que me vi en la necesidad de hacer una pregunta: “Oye, ¿Crees qué estamos
desarrollando otro sentimiento más allá de la amistad?” (o más o menos así fue la
pregunta).
Y ¿Saben qué?
Sí, fue ahí cuando entendí que mis ideas de “Oh si, voy a
ser solterón y al diablo el amor”, no era más que mi miedo a volverme a
comprometer o era una salida fácil al no ser el fracasado de la familia, de mis
amigos y de todos mis compañeros de clase y ser este joven de 27 años que no se
ha casado y aunque, quizás no he ido por la vida diciendo que no me gustan las
mujeres, creo que he sido bastante claro con mi idea, de que mi compañero de
vida, es y será un hombre, porque eso es lo que quiero, eso es lo que me gusta,
así que por eso tampoco he tenido hijos y ya sé, ya sé, que mis preferencias
sexuales no definen si seré o no padre, ya hay muchas formas para que yo pueda
ser padre algún día, que sí, está en mis planes, pero no por el momento, pero
en fin, volvamos al tema.
¿Qué paso con este muchacho?, pues si, paso de ser a solo
un contacto de mi agenda del celular, a ser, quien es hoy, mi compañero de
vida, MI NOVIO, mi niño, mi confidente, el que me hace reír, soñar despierto, y
si, el que ya me hizo llorar de felicidad, mientras me abrazaba sobre su pecho
y el que, lo más importante, fue quien me salvo de mi tonta idea de “Adiós al
amor” “Viva la soltería”, el que le dio ese nuevo enfoque a las palabras “Te
amo”, por quien ahora creo estoy feliz la mayor parte del tiempo, se convirtió
en mis “Buenos días” y mis “Buenas noches” aunque no durmamos juntos. Se
convirtió en mi “Vete con cuidado” “Me avisas al llegar a casa”, en mi
“¿Desayunaste?”, en eso y mucho más.
¿Y por qué contarles esto y la película? Porque fue eso
lo que me hizo sentir y reflexionar, la película habla de valentía y creo que
soy valiente en aceptar, que de haber seguido el estilo de “Ines Rueda” (el
personaje de Mori), no habría tenido las puertas abiertas, para que mi niño
llegara e hiciera lo que hace el día de hoy, amarme y enterarme que, hasta en
el amor, se puede volver a intentar.
Y bueno, yo no tengo ni treinta años, ya deje de ser
soltero, pero, si, si soy fantástico, porque dejé esa idea de no enamorarme
más, de ser rescatado por el hombre más extraordinario del mundo y más aún,
porque tengo la fortuna de llamarlo “Novio” y de poder decirle “Te amo”.
Y sé mi amor, que vas a leer esto, por eso te dejo un “Te
amo” y un “Gracias”, aunque no te guste, por amarme igual, por hacerme feliz y
por amarme, como estas aprendiendo a hacerlo. TE AMO.