Pobre de mí,
Di el corazón de
nuevo,
Esa falta de
querer,
Me llevo al mismo
infierno,
Donde tengo todas las
de perder,
Como todas las veces,
Que se cree
enamorado,
Pero ninguna había
sido tan fuerte,
Como esta, en este
momento,
Pero eso, ya no
importa.
Nunca, para ser
sincero.
Tus argumentos de que
puedo ser perfecto,
Se los lleva el
viento y nunca los regresa,
Tus besos se pierden
en la distancia,
Tus palabras hacen
eco,
En el vacío de mi
habitación,
No me sirve de nada,
Si tu corazón ya
tiene dueño,
No me hables de amor,
Ni te enamores de mi
sonrisa,
Pues me duele hacerle
esto,
A quien hoy te hace
compañía.
Fue a mitad de
noviembre,
A la media noche,
Sonrío porque tú lo
haces,
Porque lo mereces,
Aunque mi corazón
sufre,
Pero no hagas caso a
mis estupideces,
No te culpo,
Cualquiera en su sano
juicio,
Se enamoraría de ti,
Como lo he hecho yo,
Como lo ha hecho él.
Si escribo estas líneas,
Es para aceptar lo
que siento,
Porque todavía hoy me
mentía,
Hoy acepto con valentía,
Que te quiero,
Pero eso ya no
importa,
Lo repito,
Tienes dueño.
Hoy me preparo,
Para verte de su
mano,
Caminando por el
parque,
Sonriendo, cantando,
Siempre a su lado,
Tu felicidad me
contagia,
Aunque mi corazón
sufre,
Ese mismo que ya me
las ha hecho muchas veces,
Ese músculo que aun
me tiene en vida,
Cuando es el mismo
que hoy me la quita.